TRANSICIÓN  ALIMENTARIA - ENFERMEDADES METABÓLICAS: UNA REFLEXIÓN PARA LA INVESTIGACIÓN

Lic. Gustavo Ruílic-ruizz

Director 

Carrera Licenciatura en Nutrición

Es interesante analizar cómo ha cambiado la situación nutricional de la población, cambio que se viene dando desde hace algunos años. La situación nutricional ha evolucionado en forma diferente en los países en las últimas décadas, en Iberoamérica se vive una situación epidemiológica ilógicamente extraña respecto al estado nutricional de sus habitantes, según la FAO; hoy en día, casi 800 millones de personas padecen subalimentación crónica y más de 2 000 millones de personas sufren deficiencias de micronutrientes. Entretanto, unos 159 millones de niños menores de 5 años tienen retraso del crecimiento.  Cerca de 50 millones de niños en la misma franja de edad padecen emaciación: tienen un peso bajo para su altura. Otros 1900 millones de personas tienen sobrepeso, y 600 millones de ellas son obesas. Y la prevalencia de personas con sobrepeso u obesas está aumentando en casi todos los países. En todo el mundo, una de cada tres personas sufre algún tipo de malnutrición. No es que el hambre afecte a la gente de los países pobres, o que la obesidad sea un problema para las personas en los países ricos: es que la malnutrición, en todas sus formas, es un problema global. Aunque resulte incoherente, es frecuente encontrar a personas con diferentes formas de malnutrición convivir en el mismo país, en la misma comunidad y, a veces, incluso en la misma casa.[1]

Desde hace algún tiempo se viene hablando y documentando la Transición y sus efectos en la población, en base a algunos modelos (Thompson en 1929, Omran 1971 Olshansky y Ault, 1986. Schofield, Reher y Bideau, 1991. Popkin 1993)[2]  donde se explican algunos factores relacionados con la Transición Nutricional y han dejado ver que en los países, de manera diferencial, persisten los trastornos nutricionales que se acompañan de morbimortalidad[3]. La información  nos indica que la transición nutricional no se trata de un simple cambio alimentario; si no procesos multifactoriales a menudo interconectados. Entre los factores causales tenemos  la liberación de mercados, la división internacional del trabajo, los grandes movimientos transmigratorios, la industrialización de los alimentos  y la influencia de las tecnologías de información y comunicación, además de los cambios acelerados en el patrón de consumo de alimentos[4].[5], sim embargo tenemos que ampliar los términos y hablar entonces de Transición Alimentaria Nutricional; que para algunos autores se refiere a los cambios que ocurren al aumentar los ingresos de una familia, comunidad o población: sustitución de la dieta rural, "tradicional" por una dieta moderna, opulenta, "occidental" (alta en grasas, azucares, alimentos procesados y proteínas de origen animal y baja en fibras y carbohidratos complejos). No se trata de un simple cambio alimentario, es un proceso multifactorial de cambios socioculturales, económicos y de comportamiento individual.[6]

La transición demográfica y nutricional en América Latina ha sido muy rápida, donde se han observado situaciones similares  que en resto del mundo, al aumentar el ingreso, aumenta el consumo total, la grasa total, las grasas saturadas y los alimentos procesados. La urbanización y los medios de comunicación promueven estos cambios. En especial en los estratos más bajos al aumentar su ingreso comienzan a consumir más grasas, azúcares y carbohidratos más procesados.

En el estudio Tendencias mundiales en índice de masa corporal, bajo peso, sobrepeso y obesidad desde 1975 hasta 2016 dirigido por el Imperial College de Londres y la Organización Mundial de la Salud (OMS) se señala: «En los últimos cuatro decenios, las tasas de obesidad en la población infantil y adolescente se han disparado en todo el mundo, y continúan haciéndolo en los países de ingresos medianos y bajos. Por lo que respecta a los países de ingresos altos, estas tasas se han estancado en años recientes pero se continúan manteniendo a niveles inaceptables». Y se agrega: «Estas preocupantes tendencias reflejan el impacto de las políticas y la comercialización de alimentos en todo el mundo, que han hecho que los alimentos saludables y nutritivos sean demasiado caros para las familias y las comunidades desfavorecidas. Si la tendencia actual no varía, toda una generación de niños y adolescentes crecerá con la carga de la obesidad y tendrá un riesgo más elevado de sufrir enfermedades, como la diabetes. Es preciso encontrar soluciones para que, tanto en los hogares como en las escuelas, las familias y las comunidades desfavorecidas puedan acceder a alimentos saludables y nutritivos. Además, los países también deben establecer normas e impuestos para proteger a los niños de los alimentos malsanos»[7]

Como lo sostiene Sobrino; “Se hace necesario abordar los determinantes sociales que son los factores más decisivos en la génesis del problema, su mantenimiento y su transmisión intergeneracional. Las respuestas a la malnutrición deben enfocarse con la perspectiva de los determinantes. La seguridad alimentaria familiar, el entorno físico y social, la educación, el acceso a la información adecuada, el estado de salud de la madre, la planifica planificación familiar, el acceso a los servicios de salud, el ingreso del hogar, las condiciones de trabajo… entre otras serán elementos clave.”[8]

Toda esta situación demanda aún más  investigación por la relevancia en el contexto de la salud y el desarrollo humano y no centrarnos solo en las consecuencias sino generar más evidencia para la prevención; a pesar que se han realizado diferentes investigaciones es necesario que las nuevas se realicen sean con un enfoque de Seguridad Alimentaria y Nutricional  para considerar la integralidad del problema.

Es importante considerar y reflexionar que en El Salvador  por ejemplo, según datos de la FAO; el Suministro de Energía Alimentaria (SEA) para 1992 era de 2490 calorías, para 2002 2550 y para el 2006 1974. Sin embargo según datos del Banco Mundial para el 2010 El Salvador presenta tasas de desnutrición crónica más altas que la de sus vecinos regionales con niveles de ingresos parecidos. Entonces no es que tengamos más sino ver el tipo o fuente de esas calorías. En los países en desarrollo, donde se observa una transición acelerada, hay mayor diversidad de comidas procesadas, mayor número de personas que comen fuera del hogar, mayor número de mujeres que trabajan dificultando la preparación de comidas a niños y adultos mayores; además, se consume más azúcar, grasas y alimentos de origen animal[9] [10].

En nutrición, se supone que se sabe lo que funciona y lo que hay que hacer: se debe transformar los sistemas alimentarios (cómo se produce, procesa y distribuye la comida) y que todos los participantes en el sistema alimentario tomen conciencia en base a evidencia,  para que todas las personas tengan acceso a alimentos nutritivos y a una alimentación sana. También hay que fortalecer los sistemas de salud para que todos tengan acceso a los servicios esenciales de nutrición, y asegurara que se educa a las nuevas generaciones  y de que las escuelas ofrecen alimentos nutritivos para todos los niños.

El sobrepeso y la obesidad son considerados un grave problema de salud pública, por su presencia en enfermedades crónicas como las cardiovasculares y la diabetes, que se observan cada vez más entre los pobres y más en las mujeres. Para combatir y revertir el problema se pide a la persona que modifique su estilo de vida, por ser el responsable de la epidemia de obesidad, pero se considera que esto niega la responsabilidad que tiene la estructura social. Como la obesidad y el sobrepeso rebasan la perspectiva biomédica, y son un problema de desigualdad social y de género, se propone un enfoque social para comprender sus raíces sociales, y al estilo de vida como cualidad colectiva más que individual.

El estudio de la doble carga (“double burden“) de la malnutrición, surgida por la existencia simultanea de la desnutrición y el sobrepeso en diferentes estratos de la población de los países en desarrollo, fue subestimado durante mucho tiempo en las teorías del desarrollo. Como bien se sabe este fenómeno no se limita solamente a países emergentes, sino que afecta a países de menores ingresos. La relevancia científica del problema surge pues del hecho de que la doble carga está afectando a numerosos países en todo el planeta independientemente de su entorno cultural o de las costumbres nutricionales. Existe ya mucha evidencia empírica acumulada que demuestra que cuando las condiciones económicas mejoran la obesidad y las enfermedades relacionadas a ésta pueden aumentar, también en países con altos niveles de desnutrición (FAO, 2006: 4).

 

 

 

[1] http://www.fao.org/news/story/es/item/409073/icode/

[2] Roser Nicolau-Nos y Josep Pujol-Andreu; ASPECTOS POLÍTICOS Y CIENTÍFICOS DEL MODELO DE LA TRANSICIÓN NUTRICIONAL: EVALUACIÓN CRÍTICA Y NUEVOS DESARROLLOS Sociedad Española de Historia Agraria - Documentos de Trabajo DT-SEHA n. 11-05 Mayo 2011

[3] Barría P, Hugo-Amigo C. Transición Nutricional: una revisión del perfil latinoamericano. Archivos latinoamericanos de nutrición. 2006; 56

[4] López de Blanco M, Carmona A. La transición alimentaria y nutricional: Un reto en el siglo XXI. An Venez Nutr. 2005; 18(1):90-104

[5] Loret de Mola C, Quispe R, Valle GA, Poterico JA, Nutritional transition in children under five years and women of reproductive age: A 15 years trends analysis in Peru. PLoS ONE. 2014;9(3).

[6]  Mercedes López de Blanco, Andrés Carmona, La transición alimentaria y nutricional: Un reto en el siglo XXI. An Venez Nutr v.18 n.1 Caracas  2005

[7] Worldwide trends in body-mass index, underweight, overweight, and obesity from 1975 to 2016: a pooled analysis of 2416 population-based measurement studies in 128·9 million children, adolescents, and adults

[8] Manuel Sobrino Universidad de Sevilla Transición nutricional: causas, efectos y visibilidad en países en desarrollo de la Región de las Américas, Conference Paper · June 2014 DOI:  10.13140/2.1.4814.5285

 

[9] Ortiz-Hernández L, Delgado-Sánchez G, Hernández-Briones A. Cambios en factores relacionados con la transición alimentaria y nutricional en México. Gac Med Mex. 2006; 142 (3):181-193.

[10] Barría P, Hugo-Amigo C. Transición Nutricional: una revisión del perfil latinoamericano. Archivos latinoamericanos de nutrición. 2006; 56(1).

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